septiembre 11, 2015

¿Cuál es el logotipo más popular y el qué más gusta?


Sin duda alguna: "Coca-Cola" es el más popular y además, es anterior a todos los demás logotipos populares.

En pro de la exactitud de expresión, no se debe confundir logotipo con isotipo.

LOGOTIPO (de “logo” : palabra) la forma de expresar el producto mediante un tipo de letra agradable a la vista y rápidamente identificable como Coca-Cola, Pepsi-Cola, etc.

ISOTIPO (de “iso” : igual) es la representación mediante un dibujo igual o similar al producto o a la marca del producto que representa.

Veamos los siguientes ejemplos de muy populares “isotipos”:

Shell (es una valva del molusco, shell es en inglés)




Cruz Roja (es una cruz y es roja, representación pictórica igual a lo que dice)


Ferrari (Caballo rampante, simboliza la fuerza y poder de ese automóvil)




Calavera (signo de muerte, advierte peligro de muerte, como veneno, por ejemplo).



Pero, volviendo a los logotipos y respondiendo a la cuestión, es muy probable, que el logotipo más popular es el de “Coca-Cola” y es por eso que, aunque la primera palabra que diga un bebé, sea 
“Papá”, no pasa mucho tiempo para que aprenda a decir "Coca-Cola"...

PONER LA OTRA MEJILLA y NICOLINO LOCHE

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“al que te dé una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” (Mateo 5:39)

Más allá de tratar la real implicancia de lo que el Divino Maestro explica mediante esa hipérbole metafórica, quiero hacer mención de de un coterráneo mío que supo cómo "poner la otra mejilla": Nicolino Loche.

A Nicolino le encantaba hacer un verdadero show dentro del cuadrilátero cuando dejaba la guardia poniendo ambos brazos abajo, e inclinándose hacia el adversario le ponía su mejilla.

Por eso, Nicolino no tenía una adhesión total por parte del público del box, sino que más bien gustaba a los que no son habituales espectadores de dicha disciplina.

Porque para los seguidores del “box” le faltaba 'algo': la piña, el golpear, la definición boxística, lo cuál es lógico dado que al box a veces se lo ve como un duelo de gladiadores, que se plantan uno frente al otro y se pegan hasta que uno cae.

Pero Nicolino exaltaba y potenciaba ese sentimiento colectivo, más porteño que argentino, de la 'viveza criolla', el que tiene buenos resultados con poco esfuerzo, el que 'madruga' al oponente y si es posible, lo pone en ridículo”.

Y ¡vaya que lograba poner en ridículo a sus adversario! Ellos le arrojaban una serie de trompadas y ganchos que solamente servían como ventiladores pues no lograban pegarle. Loche continuaba, esquivando con movimientos de cintura y de cuello todos los golpes que le arrojaban.

Obviamente, el no lo hacía por cristiano, sino para demostrar su habilidad y poner en ridículo a sus adversarios. Hasta que ya no logró hacerlo más. Finalmente lo golpearon.

Pero, queridos amigos, creo que lo mejor de todo, sería guardar la suficiente distancia, es decir: alejarse.
MORALEJA:
“Si no entendemos a Jesucristo, no imitemos a Nicolino.”

¿Cuál debe ser la Filosofía del Triunfo?

PREGUNTA:
¿Cómo lograr e ir más allá en todo?
¿Hasta dónde atreverse?”


RESPUESTA:

Según el RAE (Diccionario de la Real Academia Española), las dos primeras acepciones del término “triunfo” (Del lat. triumphus) son:

1. m. Acción y efecto de triunfar (quedar victorioso).
2. m. Éxito en cualquier empeño.

Por lo tanto, puede decirse que

1) triunfo es victoria
2) triunfo es éxito



Ahora bien, quien hizo esa pregunta genial, que me da pie para hablar de este tema. Ella preguntó:

“¿Cuál debe ser la Filosofía del Triunfo?
“¿Cómo lograr e ir más allá en todo?
“¿Hasta dónde atreverse?”

De la pregunta se desprende que con el término “filosofía” se refiere a la sexta acepción que según el RAE es:

6. f. Manera de pensar o de ver las cosas.

Por eso, quien tiene una filosofía del triunfo, tiene una personalidad, una forma de actuar, una forma de vida apuntada a la superación personal y al éxito óptimo.


Cuando dice “ir más allá en todo”, vale aclarar que ese “todo” no se refiere a un significado absoluto ni al adjetivo, es decir a la cuarta acepción que según el RAE es:

4. adj. pl. cada

Lo aclaro para que no se piense erróneamente que se habla de todas y cada una de las cosas, sino más bien a la quinta acepción que es:

5. m. Cosa íntegra.



Ser mejor en algo:

Un ejemplo de éxito es el de Pedro Escanes, de Mar del Plata. El es trombonista (trombón a vara) en la Orquesta Sinfónica Municipal de Mar del Plata. En una oportunidad me dijo, que cuando uno emprende algo, trabaja en algo, debe ser el mejor. Dijo que el dedicó toda su vida y puso todo su esfuerzo en el trombón porque “tengo que ser el mejor” dijo. Y conozco a muchos de los mejores trombonistas (y a otros músicos también) que tocan en la Orquesta, en la Banda Municipal, o en otras banda. Pero yo creo que puede que sea el mejor. Y es el mejor también como docente, pues es profesor en el Conservatorio de Música Luis Gianneo. Pedro Escanes tiene una filosofía de triunfo. Es un triunfador.

Pero, hay otras formas o filosofías de triunfo, paso a explicar;


Oficios que se excluyen entre sí:

Es casi imposible ser herrero y pianista, porque al realizar las tareas de fuerza que se requiere para tomar el pesado martillo y hacer trabajos de forja sobre un yunque, su manos y brazos perderán la flexibilidad, suavidad, digitación y velocidad que se requiere al ejecutar una pieza de música en un piano. Ambos oficios se excluyen. O triunfa en uno o triunfa en el otro. Puede hacer ambas cosas si lo desea pero no superará a los demás.


Aptitudes innatas:

Nadie que mida 1,55 m puede ser un buen basquetbolista.
Pero, aquí comenzamos a ver lo interesante y lo genial que resulta ser tu pregunta porque llegamos a la cuestión que nos ocupa: ¿Qué es la filosofía del triunfo?

El herrero 
siente pasión por la música y se compró un piano y estudió música con la cuál encuentra placer y deleite personal. Vuelve de su agotadora faena laboral, se ducha, cena, atiende a su esposa y familia y también se sienta al piano y encuentra su relax. Jamás llegará a ser Richard Clayderman ni jamás se lo propuso. Jamás, con sus endurecidas y callosas manos integrará una banda de dixieland.... pero ¡el lo disfruta! Siempre quiso tocar el piano desde niño, pero recién a los 35 años pudo comprárselo y aprender. Ahora tiene 40, y para sus amigos es buen pianista (aunque los músicos y él mismo, sepan que no lo es).
Ese herrero es un triunfador. Se atrevió. Lo logró. Es un excelente herrero y un deficiente músico. Es un triunfador.

Y nuestro amigo retacón

es un joven que tiene muchísima habilidad para el básquet. La pelota parece ser parte de sus manos y la arroja y vuelve a voluntad, y esquiva y se mueve y da vueltas con rapidísimos movimientos de cintura y, sin duda alguna, de no ser por su estatura estaría en las “ligas mayores” que le dicen. Pero el disfruta de practicarlo con amigos en una cancha de básquet de una plaza. El y sus amigos se divierten mucho. Trabajaba en una línea de montaje de instrumental electrónico, pero como se esforzó mediante estudiar y aplicarse al trabajo, lo ascendieron y ahora es encargado de la línea de montaje. Pero el fin de semana se va a la plaza, y juega al básquet con su 1,55 m. A veces, aunque luego de muchas gambeteadas haya logrado el momento justo, no logra encestar porque los más altos le bajan la pelota. Pero otras veces sí. Es un triunfador.
Y hay otro tipo de filosofía de triunfo muy particular.

Filosofía del hoyero:

Un hombre era “hoyero” como se decía, pues hacía hoyos. 
Trabajaba para una gran empresa de electricidad y telefonía. El hacía los hoyos para colocar los postes. Con su herramientas, pala de punta, y pala de hacer hoyos (es como una pala de punta bien curvada y con otra parte móvil como otra pala enfrentada con la cual se va girando y clavando y al levantar va quitando la tierra y queda un hoyo cilíndrico) el andaba siempre caminando por el pasto y haciendo hoyos. Un día lo llamaron de la jefatura y le pidieron disculpas porque hacía ya 12 años que hacía el mismo trabajo duro y no lo habían tenido en cuenta para ascenderlo y entonces le ofrecieron otro puesto y mejor remunerado. El “hoyero” se puso triste y les dijo
“¿Por qué me hacen eso? Yo soy el que mejor hago ese trabajo. Mis hoyos están todos en una línea bien recta, mis hoyos están todos a la misma distancia unos de otros, mis hoyos son perfectamente cilíndricos, mis hoyos tienen todos la misma profundidad.... ¡yo hago los mejores hoyos! ¿Por qué quieren que deje de hacer mis hoyos?”

El resultado fue que lo mismo se le dio el aumento, pero el hoyero se sintió mucho más contento de que lo dejaran hacer sus hoyos. Su meta era ser el mejor, y se atrevió hasta rechazar otro puesto de trabajo para seguir siendo el mejor. Es un triunfador.


Estos ejemplos son los que me hacen decir que su pregunta es genial. Y estos ejemplos son los que me permiten ver que el “atreverse” e “ir más allá de todo” y la mismísima “filosofía del triunfo” debe ser para cada uno conforme a su propia filosofía.

En esta sociedad particular que nos toca vivir, hay valores que se han trastocado.


Los que fingen ser triunfadores:

Muchos, para alcanzar el éxito conforme a los que los demás creen que es, y conforme a la forma que el mundo parece intentar (y a veces logra) moldearnos. Terminan siendo impostores. No son quienes aparentan ser. Tratan de ser lo que no son. Y aunque los demás piensen que es triunfador terminan sintiéndose mal consigo mismos porque nunca pudieron hacer lo que quisieron. Y nunca sintieron una satisfacción como la siente el hoyero . . .
Por eso, ¿cuál "debe" ser la filosofía del triunfador?

"Debe" ser la que uno se proponga que sea. 
Debe ser la que uno quiera realmente.

Determinarlo es primordial. Y alcanzarlo requiere tiempo, dedicación, empeño, esmero, muchísima voluntad. Entonces, sin lugar a dudas se logra ser un triunfador.

QUE VIVA EL IDIOMA - Pablo Zulaica Parra

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Idea original:
Pablo Zulaica ParraVídeo: Esther Rodríguez LuacesMúsica: Bostich (Nortec Collective)

YG Accent Guerrilla & Blog by Pablo Zulaica MPEG 4 800Kbps Streaming



Este video se exportó a Australia para participar en un Concurso Australiano de Publicidad Joven. Como el jurado sería de allí y como en inglés no existen los acentos (tilde) y no hubieran entendido nada, fue imprescindible incluir un texto explicativo en ese idioma.
De todos modos, si alguien siente fuertes arraigos patrióticos, nacionales o étnicos, que comience a escribir correctamente, en vez de criticar lo que se escribe en otros idiomas, cualesquiera que sean.


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